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El entendimiento de la muerte en los niño(a)s está influenciado por su nivel de desarrollo emocional y cognitivo, así como la exposición previa a la muerte.
De los 0 a 2 años no ha comprensión del tiempo o de la finalidad de la muerte. Sin embargo, dado que en esta etapa se está construyendo el vínculo y la confianza en el ambiente, los niño(a)s son sensibles a la separación y los cambios de rutina en la vida, lo que les ocasiona estrés. El objetivo en esta etapa es mantener las rutinas lo más cercanas a antes de la muerte, con los cuidadores y las actividades en lo posibles iguales, buscando que el niño(a) tenga un ambiente predecible que le de seguridad.
De los 3 a 5 años (preescolares) los niño(a)s son egocéntricos, aprender a asociar dos eventos o cosas y tienen pensamiento mágico, es decir les es difícil separar al realidad de la fantasía o creen que sus pensamientos o deseos pueden afectar a otro. Aquí no se comprende la irreversibilidad de la muerte y el niño(a) puede cree que el dolor de la pérdida depende de su comportamiento. En esta etapa se habla con el niño lo más concretamente posible, evitando comparaciones con ir a dormir, ir de viaje para no regresar, se debe evitar que el niño se culpabilice.
De los 6 a los 12 años, los niños construyen la asociación causa-efecto, con lo cual la mayoría sobre los 7 años comprenden que la muerte es definitiva. En esta etapa los niño(a)s pueden mostrar preocupación por los aspectos que rodean la muerte, dificultad para manejar la anticipación o la espera de la muerte de un cercano, preocupaciones por su salud o la de los cercanos y dificultad para comprender conceptos espirituales o derivados de las creencias sobre la muerte. En esta etapa es útil mantener las rutinas y ciertas responsabilidades, pero tambien es necesario que los niño(a)s reciban apoyo en las tareas escolares o en las relaciones interpersonales del colegio, por lo cual las familias pueden requerir apoyos de personas externas.
De los 13 a los 18 años: Aparece la capacidad de pensar en abstracto, por lo cual se comprende la muerte como definitiva, irreversible y universal, así mismo se comprenden conceptos existenciales. Los adolescentes pueden tener preocupaciones sobre la enfermedad y/o muerte de sus padres o cercanos y como esta los afecta en el presente y el futuro; estas preocupaciones pueden llevarlos a ensimismarse y tomar conductas de riesgo como uso de drogas. Como los adolescentes comprenden la muerte como tal, ameritan tener una información clara sobre la enfermedad de sus cercanos y la probabilidad de muerte, la cual les permita tomar decisiones para sí mismos y para el apoyo de la familia.
Entender estas etapas permite a padres, profesionales de salud o demás personal de apoyo ayudar a direccionar el proceso de muerte de un cercano en los niño(a)s. Hay que recordar que las edades son guías basadas en los desarrollos mentales más que en la edad física como tal, por lo cual para niños con capacidades cognitivas esperables para la edad la compresión de la muerte se ajusta a lo descrito. Para niños con discapacidades intelectuales la comprensión de la muerte se basa en su edad mental más que en la física.
Es necesario tambien recordar que niño(a)s expuestos a muertes previas cercanas están más sensibilizados a esta y la comprensión de la muerte como definitiva es un poco más temprana.
Recuerde que la muerte al ser un evento no esperable o predecible en su totalidad, causa incertidumbre y por ello sufrimiento y que el ser cercano a la persona que muere puede dificultar inicialmente ayudar a otros. Si necesita busque apoyos.
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